Ecologismo, mística y delimitación del universo moral
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Resumen
La “conciencia ética”, la “conciencia mística” y la “conciencia ecológica” tienen en común un característico distanciamiento de los individuos con respecto a sí mismos. Se trata de la apertura a una perspectiva “holista”, en que los propios intereses y preocupaciones son vistos desde la perspectiva de un “todo”, del cual uno mismo es “sólo” una parte. Sin embargo existe una diferencia fundamental entre ellos: el “todo” de la conciencia mística es ilimitado, en cambio el “todo” de la ética (y con ella, del ecologismo) refiere a un particular universo moral, que necesariamente incluye y excluye, y por tanto presenta constitutivamente un límite. La importancia de la delimitación del universo moral se evidencia en el peligro que plantea una “conciencia ecológica” que no tenga claras las categorías morales bajo las cuales está sujeto un individuo que está dentro o fuera de este límite. Una conciencia ecológica que acríticamente presente un “holismo difuso” corre el peligro de no aclarar precisamente las razones por las cuales los individuos deben ser moralmente protegidos, y por tanto debilita el estatus moral de éstos. Además, se arriesga a relativizar al extremo el valor de los seres humanos, propiciando un peligroso antihumanismo encubierto.