Fundamentalismo y pentecostalismo como expresión de religiosidades antagónicas, y un significativo lazo en común
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Resumen
El fundamentalismo y el pentecostalismo constituyen movimientos de gran importancia dentro del cristianismo moderno. Provienen de una vertiente religiosa común y paulatinamente irán expandiéndose (a otras religiones, como el fundamentalismo) y diferenciándose. Inicialmente, se establecen posibles puntos de interrelación; y se postula que tanto el fundamentalismo, como el pentecostalismo, son movimientos reaccionarios a una modernidad ilustrada y secularizada que ha removido la centralidad de Dios (según los postulados de la tesis de la secularización); el primero reaccionando de una manera “racional”, remitiéndose a una lectura literal de las escrituras, y el segundo de una manera “vivencial”, experimentando la religiosidad de una manera “directa”, mediante la glosolalia, el éxtasis u otras formas corporales. Para concluir, se afirma que ambos movimientos constituirían versiones contrapuestas de experiencia religiosa; con la particularidad de constituir comunidades firmemente establecidas y que reaccionan al mundo secular, según la perspectiva de la incertidumbre moderna de Zygmunt Bauman.