Mito y realidad de la muerte del Presidente
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Resumen
A partir de la referencia al monumento a Salvador Allende en la plaza Constitución -que representa su sacrificio final a través de su figura envuelta en la bandera chilena. y renaciendo en el momento mismo de morir, como en el simbolismo masónico de la iniciación, o en el mito del Ave Fénix- se señala que esa representación artística no debiera alejarnos de interpretar lo que efectivamente ocurrió en La Moneda aquel 11 de septiembre. El artículo se propone responder a cómo ocurrió la muerte del Presidente, si se trató de un asesinato o de un suicidio. Para ello se pregunta cuáles fueron los valores por los que éste terminaría entregando su vida. Argumenta que no se trató de una decisión tomada apresuradamente en la mañana del Golpe, sino casi un año antes, y sostiene que “lo que Allende no podía cambiar en la tragedia‚ del 11 de septiembre era la voluntad golpista de derrocar su gobierno; pero lo que sí estaba dentro de su poder era rendirse o combatir hasta el final a sus enemigos jurados. Allende eligió el combate, y cuando comprendió que ya no había más resistencia posible, se quitó la vida, privándolos así de la satisfacción sádica de humillarlo y vejarlo. Pocos actos los hay de mayor dignidad y valor”.