Se ha dicho que estamos viviendo una situación de “caos global” (Wallerstein). Si realmente fuera así, la situación sería (casi) incomprensible. No obstante, los elementos de comprensión existen; pues si bien el caos es la máxima anomia, la cual puede mantenerse por largos períodos, éste a su vez puede generar las más diversas formas de orden ¿Cómo encontrar, entonces, los elementos ordenadores presentes en este “caos global”? El (supuesto) orden mundial post Guerra Fría no ha hecho sino aumentar la situación de inestabilidad global, acelerando la carrera armamentista –ahora ya no bipolar sino multipolar- y poniendo de manifiesto la agresiva competencia que existe entre las naciones industrializadas y otras que -como China- se modernizan rápidamente en pos de controlar los recursos naturales y energéticos del planeta. Observamos así la crisis de los Estados nacionales, especialmente de los países periféricos, y la constitución de grandes bloques. Se renuncia o desmorona al multilateralismo, y se intenta crear un sistema unipolar regido por Estados Unidos. En este contexto el problema del poder se ha vuelto extremadamente complejo, desafiando nuestra capacidad de comprenderlo en todos sus aspectos. Frente a este escenario, la presente edición de Polis ha buscado intentar clarificar algunas tendencias y plantear ciertas interrogantes.








Published: 2018-07-01